lunes, 28 de noviembre de 2022

Las riquezas del refugio Marradetas, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

El refugio Marradetas fue durante algunos años mi hogar protector en los días más gélidos que entrenaba subiendo al Collado de Sahún.

La última vez que pude ir a Chistau hace ya ocho años era el primer año o el segundo que el Tío Manolito tenía montado el restaurante. Me pareció genial que yo pudiese subir arriba corriendo y tomarme algo calentito en el refugio.

Porqué no voy por Chistau entonces?. Pues porque después de veinte años de cuidador, sufrir los graves recortes de los perros políticos y me encontré en un callejón donde la única salida era la muerte de mis personas queridas. Me colocaron una pensión miserable. 
Y gracias a que intervino un abogado.
A ver quién es el guapo que cobra, paga lo que yo y sobrevive?.

Me crearon secuelas físicas del movimiento muscular-esquelético por venganza y envidia. Nadie me llama para una fiesta. Para pedir dinero tampoco. Ya me pelaron la cuenta bancaria a bajo cero. Nunca fuimos iguales antes las oportunidades.

En los mejores tiempos ir a Chistau salía por diez mil pesetas. Dormir otras diez mil pesetas. La comida en los días de viaje diez mil pesetas. Incluyendo desayuno y cena diez mil pesetas. Subir al Collado de Sahún corriendo y comer en el refugio Marradetas tres mil pesetas.

Si tío Manolito me invita a una cerveza, las que van detrás no son gratis, cuestan diez mil pesetas.

Y hablando sobre Manolito Buisán, la vez que fui a la media maratón de Benasque sin ganas de correrla, me dio cobijo en su casa de Cerler donde dormí bien calentito.

Quedé en el puesto treinta y tres porque al no tomarla en serio, una mujer que conocía de otras competiciones me tiró los tejos durante más de media hora corriendo a su lado, escuchándola. Después de todo la miserable me dijo que su amigo de las gafas que iba muy por delante y habló conmigo en la salida, era su novio.

Qué culpa tengo yo de que exista gente como esta?. Que la basura de intereses personales les ponga fatal de la cabeza no es culpa mía!. Se lo expliqué a Manolito y no lo entendió. 

Cuando me separé de esa mujer y la dejé atrás, me fui volando hacia adelante, cogí al novio y a los que iban con el novio, y a grupos enteros de corredores que iban por delante, corriendo cuesta arriba. 

Siento la decepción de Manolito por llegar en el puesto treinta y tres.

Una cosa: Manolito no era camarero en el hotel de Cerler?. Cómo crea esos buenos platos que se ven en las fotografías del refugio Marradetas?. Tiene cocinera, cocinero o él mismo cocina?.

El refugio Marradetas lo tenía como refugio de visitantes de la fauna variada del Valle de Chistau. Supongo que un día llegará Goiat, se sentará tranquilamente y pedirá los mejores platos de la carta para recargar pilas antes de seguir su periplo de cuarenta kilómetros diarios de viaje por las montañas del Pirineo, sin importarle un güebo frito los límites territoriales humanos.



Para quien tenga interés en adquirir un libro mío de poemas o relatos, la página de inicio de mi sitio web es https://www.bernaberamirez.com donde podéis encontrar cualquier título cuyo enlace te llevará a Amazon, puesto que me auto publico y no depender de las grandes editoriales.

domingo, 27 de noviembre de 2022

El refugio de Biadós en Gistaín, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

Correr hasta Biadós era unos de mis trayectos favoritos semanales. Echarse en la hierba un rato grande acompañado de montañeros y otros tipos de deportistas es un lujo. 

Se escribe "Biadós" porque según mi madrina "holandesa" de Gistaín, la B en lenguaje chistabino no existe. No seré yo quien discuta con Pilar Bardají que Viadós se escribe en castellano, porque me parece que "vía" es un sendero o pista y "Dos" porque está la "Uno", otra vía o sendero. Bueno, cosas que se me pasan por la cabeza con el lenguaje y las comparaciones.

Lo cierto es que a veces, he ido corriendo los nueve coma cinco kilómetros de distancia de Plan a Viadós, a comer. 

No he podido saborear más veces los platos que ofrecían en el refugio Joaquín Cazcarra y su señora Cristina porque como comprenderán, no tengo automóvil.

Arriba no siempre se dan condiciones para que un tipo como yo esté por aquel paraje medio en cueros con una camiseta de atletismo y unas mallas, y de abrigo una sudadera. 

Tampoco es menester arrastrar una carga excesiva cuando de lo que se trata es de entrenar y pasar el día. 

Tenía que hacer bueno o temperatura soportable no excesivamente fría. Si hacía frío no comía allí. Me cobijaba en el comedor del refugio con cafelito calentito y después de treinta minutos me empleaba tomando a fondo bajando.

Una vez que subí dando leña me encontré en el refugio a Guillermo Bernués, el médico. Ante su insistencia invitándome me quedé a comer con su familia o las personas con las que estaba, y no ocurrió solo una vez. 

A mí me gustaba mucho la comida que servía el refugio, recargaba las pilas después del esfuerzo con bastante facilidad.

Tras comer bien pues un cafelito bien calentito dejando pasar el tiempo tras la comida mínimo una hora. 

Después me volvía corriendo para Plan como ya digo, fuerte y sin problemas, con las pilas recargadas y zumbando, excepto cuando se me cruzaban coches que subían para el refugio. 

Eso sí, nunca me quedé a comer en el refugio cuando estaba el comedor hasta los topes. Creo que tenían un límite de aceptación de comensales y era mejor llamar para asegurarse de que podía comer.

En verano se llenaba de ogros hambrientos y turistas de medio pelo, gente exigente que te calienta la cabeza con los supuestos derechos ciudadanos (privilegios), pero nunca acatan sus obligaciones ciudadanas (deberes con los demás).

En fin, sé que ahora está cerrado el refugio de Biadós, pero si estuviese en Plan y fuese a correr hasta Viadós, los obligaría a abrir, porque yo tengo derecho y ellos el deber de servirme un cafelito bien calentito. Que se pongan las pilas!

El refugio de Biadós








viernes, 25 de noviembre de 2022

El grupo chistabino Colís & Nacho, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

Colís de Saravillo es uno de esos chistabinos que ves por las mañanas a cualquier hora, que después de hartarse de café corre al matadero municipal loco por coger los palos y hacer sonar la batería componiendo elaboradas notas musicales rítmicas.

Llegó a tener un proyecto de grupo con Nacho Ruché de guitarrista. Un día me dijeron que bajara por el matadero a la hora de los ensayos aunque no esperaba encontrarme gran cosa parecía que iban en serio.

Nacho incluso intentó venderme la guitarra eléctrica cuando lo habían dejado y no la compré porque creo que la Dona de casa Ballarín no me iba a permitir enchufar una guitarra eléctrica para ponerme a aprender acordes varios que necesitan dedicación y mucho tiempo.

Me hubiese unido al grupo Colís & Nacho pero sabía que tenía poco recorrido aunque sonaran muy bien. 
En el rock más que cantar se dan gritos dependiendo del grupo del que uno sea adepto.

A mí me gusta el rock estructurado. Que la música suene tal y como la he escuchado sin que falte ni una de esas notas que provocan que mis neuronas bailen en mi cerebro con la melodía  conocida que es fácil de tatarear. 

En el rock triunfan las notas buenas o muy buenas que se repiten, porque las mejores melodías de la vida son notas estructuradas que se repiten y podemos tatarear, y con ello nos alegran el alma.

Qué pasó con el dúo Colís & Nacho?. Pues lo mismo que le pasó a una persona que yo conocía. Formaba parte de un grupo de heavy metal, el chaval que movía el cotarro dejó el grupo por puro aburrimiento. Lo que pasa cuando no se tienen las ideas claras.

Lo cierto es que Colís siguió siendo músico a su manera y continuó con su trabajo en el matadero municipal, puesto que ya tenía una esposa y hijos que alimentar. 

Nacho por su parte no consiguió venderme la guitarra eléctrica. No cabía en mi mochila y ya tuve bastantes disgustos de que me robaran en mis viajes flautas con sonidos únicos que nunca más he logrado escuchar.

No sé si en Chistau siguen funcionando Pitarratons. Lo mismo han crecido y prefieren una música más melodiosa con el insigne profesor Roberto Serrano. 

Al fin y al cabo la música es ruido controlado, juntado para crear melodías que suenan mucho mejor si van con armonía.



La comida de los Canallas de Plan, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

Los canallas de Plan lo formamos Miguelo, Nacho Ruché, Carlos Buisán y yo. No recuerdo exactamente cómo se inició pero me hicieron ser el primero en pagar la cuenta.

No se trataba más que de una reunión anual de amigos en una comida donde comeríamos y beberíamos hasta hartarnos.

Fuimos a comer a Casa Rubén de un tal Quino en Hospital de Tella. Yo no lo elegí. No tenía ni idea. Lo eligieron los tres canallas porque después de cenar había fiesta en Lafortunada y nos quedaba a tiro.

Bueno, pues comimos muy bien y tuvimos algunas discusiones y discrepancias con algunos roces que habían surgido y es que a Nacho seguían llamándole McRae como un chaval joven que se imagina cosas que no suceden sobretodo cuando se enamora.

Carlos Buisán por mi actitud agresiva en una fiesta que no recuerdo si era Parzán donde alguna gente tiraba petardos a otra gente y pensé que eran algunos chavales de Plan quienes los tiraban y que me los tirarían a mí. 

Salió que nunca iba a agredir a nadie del pueblo pero lo extendí a todos los habitantes del valle.

Con Miguelo la discusión era sobre la calidad del vino que nos estaba sirviendo Quino, con quien compartimos mesa y algunas copas.

Yo decía que Enate era una marca barata. Bebía y bebía y no notaba nada. Como si bebiera agua porque me entraba tan suave que era una delicia. 

La contraofensiva estaba asegurada. Quino decía que era de los mejores vinos y yo cabezón como pocos justificaba "Pero si Enate está aquí al lado. Cómo va a ser un vino caro?."

- Coñoooo!. Trae la carta Quino. Enséñasela!.

Y Quino me trae la carta, veo el precio y me quedo aturdido. Enseguida replico que "Será otro Enate" y es escuchar un montón de réplicas en una conversación de beodos pasados de bebida.

Enseguida salta Carlos Buisán "Hoy ligamos en Lafortunada" y se arma un revuelo incomprensible de playboys montañeses experimentados dando opinión y discutiendo los pormenores y las controversias del noble arte de ligar avinagrados como una cuba.

Cuando llegó la hora de pagar solté hasta la última peseta más el bote y nos montamos en el Ferrari de Miguelo con muchas ganas de mostrar nuestros encantos a las bellas y nobles damas que nos esperaban con los brazos abiertos en el ayuntamiento de Lafortunada.

Llegamos y me sorprendí de los grupos de chicas que había. Lo mismo Carlos Buisán tenía razón y ligábamos ese día. Yo había entablado conversación con algunas y les había hecho reír. Buena señal. Esto marcha!.

De repente se escucha un fuerte estruendo en la calle y empieza a llover. Enseguida se oyen truenos y relámpagos, un arrastre de piedras terrible y se fue la luz.

Ni música, ni chicas, ni nada!. Todo a oscuras!. Cuando pusieron velas se habían ido la mitad de las chicas y ahora se veían grupos de chicos. 

Volvió la luz pero enseguida se volvió a quedar todo oscuro. La fiesta había dejado de ser una fiesta y las chicas se habían ido. Decidimos irnos también.

Por el desfiladero de las Devotas habían caído montones de piedras que tuvimos que sortear junto con más coches. Ya no llovía pero el clan de playboys beodos nos habíamos llevado un chasco y regresábamos a casa. 

Por la carretera Miguelón conducía tranquilo, despacio y sin prisas, sorteando piedras en los lugares conocidos. Lo malo es que cuando giraba con el volante a la derecha sonaba el intermitente a la derecha y  cuando giraba a la izquierda sonaba el intermitente a la izquierda.

Carlos Buisán parecía disfrutar oyendo  el sonido del intermitente y se burlaba de Miguelo "Oyes?. Es el intermitente!". Y Miguelón lo miraba intentando comprender el chiste y McRae ponía cara de gato Garfield con dolor de estómago.

Aquello era una pasada. En la recta del túnel de Plandescún, Miguelo refunfuñando le dijo a Carlos "Ya no se oye el intermitente", pero en cuanto pasamos el túnel, se gira un poco a la derecha y volvimos a oír el intermitente unos segundos antes de la recta. No podíamos contener la risa y Miguelón muy serio se quejaba.

Cuando pasamos por la Capilleta nos dijimos "Si no es por la tormenta hubiésemos ligado seguro."


La estafa del cursillo de monitor de atletismo

Cuando me fui de Chistau sabía muy bien a lo que me enfrentaba tras varios años de tranquilidad aparente. Una vez en Málaga tuve que confrontar que mis padres no tenían arreglada ni la pensión. Habían perdido tres años por no haberse arreglado los papeles. No andaban muy bien las cabezas.

Otra cosa es que podíamos perder la casa donde habíamos vivido desde principios de los años setenta. Nadie hacía nada por entregar papeleo para el nuevo edificio. Ni siquiera se informaban. Un abandono y una dejadez atroz. No podían dejarme vivir mi vida tranquilamente bien lejos y evolucionar fructífero.

Tuve que aguantar acosos de pretendientes que querían colarse en mi hábitat e instaurar su dictadura. En mi familia algunos lo aplaudían. También sufría acosos en la Ciudad Deportiva de unos y de otras. Querían triunfar con mi sapiencia atlética adquirida en mis ensayos en Chistau. 

Todavía me acuerdo cada vez que me vestía con equipo de atletismo después de un largo día de trabajo y irme a correr.

Estaba siendo acosado por todos lados. Incluso perdí la cabeza y me apunté a un cursillo básico de monitor de atletismo en Deporte Andaluz de la Junta de Andalucía por el que pagué trescientos euros. Me sorprendió porque yo odio estudiar. Fueron los trescientos euros más estafados que la madre que los parió. 

Éramos veinte personas y me daba asco ver a los fulanitos yendo a examinarse con su mujer y obtener sobresalientes masivos entre ellos. Habían formado un grupo y me dejaron fuera. 

Un grupo de diecinueve personas y en el curso habíamos veinte. Me recuerda muy bien las manipulaciones franquistas de los años sesenta en mi ciudad natal de Almería.

Después del examen solía hacer preguntitas a los colegas que se han examinado conmigo. Observé hasta qué punto la ignorancia se aprueba con sobresalientes. Tipejos que nunca han tenido ni la más remota idea de entrenamiento de alto nivel obteniendo sobresalientes uno detrás de otro.

 Abundan los tontos en complejos deportivos donde sobran los enchufados. No saben distinguir la aerobia de la anaerobia y te colocan ejercicios aeróbicos fuertes diciendo que son anaeróbicos. ¡Pa mearse y no parar hasta que se inunde el Cinqueta!.

Nada más una preguntita sobre el examen y quedan retratados a tal nivel, que acierto hasta qué punto se han bajado el culo por un miserable cursillo de monitor de atletismo. 

A mi me hubiese servido para acceder a entrenador profesional con mi alto nivel de conocimientos.

Hicimos un examen sobre los músculos del cuerpo humano y terminé el primero. Los miserables profesores, que conozco sus trayectorias mediocres desde hace muchos años, verdaderos fracasados como atletas, como entrenadores nacionales y como profesores, me pusieron un notable en el examen. 

Y esto porque no pudieron impedir que lo aprobara pero a los demás les pusieron sobresalientes. A todos. No vaya a ser que sus mujeres les peguen.

También sufrí acoso por parte del imbécil del director del curso, un individuo mamón malcarado, un fracasado como atleta y como entrenador, y ya no digo como profesor lo mires por donde lo mires. 

El individuo adscrito a la universidad, quiso sonsacarme conocimientos haciéndome repetir algunos exámenes. 

Además presionó para que me hiciese pareja de una marroquí del cursillo hasta el punto que la marroquí empezó a merodear casi todos los días los alrededores de mi casa y me la encontraba por la calle a todas horas, haciendo como que busca comida en la basura para comer, a ver si ablandaba mi duro corazón y podía entrar por mi puerta cerrada con muchas llaves maestras.

Ella me contaba que Rivera, el director del curso, le había dicho "A este lo voy a suspender por mis güebos moraos".

 Después resultó cierto, que me suspendía, y se lo decía a la marroquí para que me lo comunicara, como si ella fuese alguien de mi familia, como si yo tuviese algo que ver con ella.

Comuniqué esto al Centro Superior de Deportes y, ¿saben a dónde me derivaron?. A unos de los directores del cursillo que me habían estafado los trescientos euros. Otro fracasado que trabaja en los eventos deportivos como director de jueces.

Y es preguntarle al grupo de sobresalientes tras el examen "¿Dónde está el musculo de la cabeza?", y que me contesten "Esto no estaba en el examen". 

Es para revisar en virtud de qué estos fantoches han obtenido sobresalientes. Después a lo largo de los años los ves en el complejo deportivo hacer el estúpido y aspirar a nada. Unos verdaderos intrusos. 

No os extrañe que el Huesca pierda la Copa del Rey con un equipo Regional como el Torremolinos. 

La estafa del cursillo de monitor de atletismo


miércoles, 23 de noviembre de 2022

Los farmacéuticos de la farmacia son triatletas, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

No es que me haya olvidado de Paco, el farmacéutico valenciano y sus problemas varios, que me fui enterando tras su marcha. 

Una mañana me asomé a la farmacia para saludarlo y vi a los nuevos dueños del local haciendo los últimos trámites.

O sea, que se iba, y se fue. Y en su lugar nos dejó otro farmacéutico con su señora, y para colmo triatletas.

El más raro era el farmacéutico. Catalán de Campredó, pedanía tortosíana de la ribera del Ebro. La señora farmacéutica parecía una de esas diosas talladas en las columnas románicas de Salamanca y por toda la Vía de la Plata.

El misterio: Cómo diablos se conocieron?. Parecían gemelos y hablaban en la misma onda. Después me quedé chafao, supe que eran matrimonio.

Tampoco entendí cómo se compra una farmacia ni dónde se gestiona la oferta de compra. La hubiese comprado yo y el título de farmacéutico es fácil de falsificar. 

Coges un título universitario robado a alguien. Escribes con buenísima letra y caligrafía: "Don Miguel de Unamuno y Jugo, Excelentísimo Rector Magnífico de la Universidad de Salamanca, otorga este título de licenciado a: Er Niño Cantamañanas." Listo, licenciado!.

Con sólo leer el nombre del Miguel en la universidad todos se ponen firmes y yo hubiese sido farmacéutico de Plan.

Como eran muy simpáticos, nos hicimos buenos amigos, incluso llegué a ser farmacéutico a ratos. Así me enteré porqué eran triatletas.

También supe cómo conectaron con la farmacia en venta para comprarla. Ya tengo falsificada una licenciatura de farmacia por si surge otra ocasión.

El cómo se conocieron y las conexiones que tenía con Salamanca la familia de él fue aburrido tela. 

Que hayan estudiado los dos en la misma universidad es de lo más soporífero. Te aconsejo que si padeces insomnio te lo cuenten. Es peor que las novelas kilométricas mexicanas. Te quedas frito!.

Los chistabinos pues, tenéis derecho a quejaros mediante escrito meticuloso ordenadamente bien redactado sin faltas de ortografía, a alzar la propuesta al Excelentísimo Señor Rector Magnífico de la Universidad de Salamanca, una de las mejores del mundo mundial, para quejarse sobre los defectos de fabricación del producto denominado "farmacéutico" y ser admitido a devolución.

El alza tiene que ir acompañada con los datos obtenidos de un ejercicio de Test de Cooper recientemente practicado in situ el mismo día que se remita al Excelentísimo Señor Rector Magnífico donde se especifique claramente el resultado del test. 

Se tiene que señalar el momento justo que al quejica le da la pájara sin llevar a término el susodicho test negándose a continuar.

Una vez visto y examinado que los farmacéuticos tienen descendencia heredera confirmada en la farmacia chistabina, en virtud de los resultados obtenidos con la pájara del remitente, este tribunal dicta: NO PROCEDE.






martes, 22 de noviembre de 2022

La Sagrada Convicción social

Tengo la Sagrada Convicción de que esta lectura no será en vano. Cuando tenía menos de dieciocho años escribí uno de mis relatos más personales donde describo la voluntad de irme lejos y cuanto más lejos mejor.

Trabajé en restaurantes de mi padre en Torremolinos viviendo una vida que no era la mía. Dieciocho horas diarias sin descanso mientras otros se repartían la riqueza y me pagaban del reparto del bote. Sufría acoso en los trabajos.

Cuando me escapé de casa, gané mi libertad. No fue gratuito sino a base de palizas y lágrimas. Yo era útil para trabajar, nunca para disfrutar de mi riqueza. Con mi decisión provoqué tanto dolor como me lo habían provocado a mí.

Durante veinte años rulando por media Europa me relacioné con muchísimos amores que quisieron cambiarme la vida. 

De hecho, cuando estuve por primera vez en Chistau, habían transcurrido dos años desde que abandoné una relación de nueve meses con un amor que comenzó a presionarme hacia intereses que no eran los míos. 

Mal perdedora, pasó más de un año intentando cambiar mi decisión. No tuvo reparos en usar personas conocidas de mi entorno para solucionar mi supuesto error.

Como no me encontró en mi casa de Málaga ni en el bar de mi hermano, vino a Nerja.

Vengativa, hizo llegar a oídos de la noruega con la que estaba saliendo que yo era homosexual. 

Usó personas conocidas para intimidar con mi supuesta homosexualidad. Provocó daño moral y reacciones adversas. 

No fue la única persona en mi vida que me infringió daño y me acosó.
 
Soy maestro en alejarme de todo. Hace décadas que tengo capacidad para poner tierra de por medio.

Nunca acepté una vida de trabajo donde mi dinero ganado se usara para propósitos que no entran dentro de mis proyectos personales.

La lejanía, para alejarme de todo lo malo y de no pocas personas en la ciudad donde resido. 

Los viajes, para la contemplación de paisajes increíbles que me han hecho sonreír disfrutando de la vida. 

En Chistau conocí personas tóxicas que también quisieron cambiar mi forma de vivir. Me castigaron acosándome con berrinches. No eran personas del valle pero tienen relación. 

Menospreciaban mi trabajo en el pueblo como una verdadera mierda. Quizás porque el dinero que ganaba era mío y no tenía a mi lado nadie que me controlara ni me lo quitara de las manos. 

Alquilaba coches una semana cada tres meses aproximadamente para pasar tres días con mis padres y otros cuatro días recorriendo lugares por donde peregriné con la mochila durante más de veinte años. 

Usé mi dinero para lo que quise. Algunos pensaron que tenía vicios secretos porque me movía con nocturnidad. La gente mezquina ignora que nunca necesité pagar por servicios.

Cuando aparecían por el pueblo el berrinche lo tenía asegurado. Les dejé claro que nunca me sentí más a gusto que barriendo calles en Plan, limpiando hierbas, echando arena o sal durante las nevadas para que las personas no resbalaran, pintando las barandas de los puentes, haciendo mortero o grava.

Además se ofuscaban porque mi risa loca les dejaba claro que me gustaba. 

Tener familia y casarme nunca estuvo en mis proyectos. No con la forma que pensaban ni como me lo quisieron inculcar. 

Algunos tenían diseñada mi vida donde me olvidase de trotar mundos. Según ellos, para no perder mis derechos sociales como persona e individuo. 




lunes, 21 de noviembre de 2022

El horno de Javi, el panadero de Plan, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

No creo que haya un panadero más sonriente en la Vía Láctea que Javi, el panadero de Plan. 

No exageren!. La Vía Láctea no es la constelación en la que vivimos, sino la calle principal de la Roma Imperial donde estaban los despachos de los panaderos imperiales, seguro que Javi hubiese sido el panadero real.

Muchos no tenéis ni idea de cómo usar el rodillo, la brocha, las tijeras o el cortador de masa. 
 
Ni sabéis lo calentito que se estaba en el obrador pequeñito y coqueto de la calle Alta o calle de la Iglesia. 

Si tenías frío no había lugar mejor donde ir que ver currar a Javier con las masas en las manos partiendo trozos medidos que, en un abrir y cerrar de hornos se convertían en barras de pan tostaditas por arte de magia.

Javi con su risita y su carita redonda daba conversación mientras se sucedían las hornadas unas detrás de otras y de verlo se me quitaba el frío y entraba en calor. 

Yo conocí por completo el valle el día que me dijo "Porqué no te esperas a tal hora en la puerta de Ruché y te vienes a repartir pan?." 

Me encantó la idea de ir a repartir pan con Javi porque no conocía el valle más que cuatro cosas y el mapa. 

Cuando paró con una fugonetita blanca casi me sentí panadero como mi abuelo paterno de Almería, me subí al furgonetín y pisó el acelerador camino de Gistaín dejando hecho un pelele al Toretto, este de Furioso y Rápido.

Como los clientes del pan fablaban chistabino, me dediqué a observar "Este pan no, aquel más tostau" es lo único que entendí y la gente me miraba "Donde saliu este zagal?." 

Si llega a ser Molins el panadero ni voy. Me tuvo varios años sin decirme qué significa "Cairás en la loza como un pitarroy." 

Lo gracioso es que en el bar todo el mundo se reía cuando me lo decía y resulta que los que se reían no sabían qué era un pitarroy. 

Pues con el pan pasaba que tenía como traductor lingüístico a Javier para traducir lo que preguntaban algunas clientas.

Tras Gistaín bajamos a San Juan. Después fuimos a Saravillo, Sin y Serveto hasta que llegamos de nuevo a Ruché. 

Un café y Javier se fue para la panadería abierta para los clientes de Plan y las visitas foráneas.

A la calle de arriba le tenían que haber llamado "Vía Láctea de la Panadería."

Desde que la panadería está en la cuesta se tendría que llamar "Vía Láctea de Javi el Panadero."

Lo que pasa que estos políticos de Plan nada más les gusta criar vacas y llamar a las calles Larga, Alta, Mediobaja, Medioalta, Mediodía, Mediatarde, Las diez, Las Once, Las doce, Las una... Etcétera.

A ver si se cultivan un poco más y ponen nombres perennes. 


La falleta de San Juan de Plan, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

A mi me han recordado que los trucos son la noche de San Anton, para espantar los malos espíritus del invierno. En la noche de San Juan se hacen hogueras y se baja con antorchas encendidas. Es La falleta de San Juan de Plan.

Pero qué quiere que les diga?. Sigo pensando que La Falleta de San Juan que se hace la carrera con las antorchas encendidas es la noche de San Antón porque lo del fuego lo tengo aprendido de niño que se hace para purificar el alma y espantar las brujas y los conjuros.

Siempre he pensado que los chavales de San Juan de Plan me han tenido miedito de que llegue antes que ellos a la iglesia y me salga gratis los días de fiesta en el pueblo.

Una vez me dijo el alcalde que corriera y yo le pedí un caché como corredor subélite. Le salía más caro mi caché que la fiesta de La Falleta, incluyendo el pago a los grupos catalanes que hacían sonar los instrumentos cantando canciones de mis coterráneos Los Puntos.
 
La imitación del habla almeriense no la entendía ni mi sordera, era más catalán que mi amigo Catalán, que se apellida así y es más maño que Catalina de Aragón.

A mí me gustaba ver en la noche oscura el fuego que encendían y las antorchas prenderse y colocarse no sé si en fila india o en abanico, pero las veía bajar para abajo hasta el punto donde se iniciara el esprín.

Si me llego a presentar seguro que salgo beodo antes de tener la antorcha encendida. Me hubieran invitado unos y otros para que no volara a mayor velocidad que los chavales de San Juan.

En última estancia me habrían enviado a dormir la mona o me hubiesen chirlado el primer premio dándome un jamón chino en vez de uno de Teruel marca Sal Chi Chon.

Me imagino despertando por la mañana al lado de la hoguera donde se prendió las antorchas sin recordar si corrí La Falleta o me quedé dormido tras un día de lo más agotador.

Es como jugar al fútbol con zapatillas de atletismo, que son de trapo y no hay forma de controlar el balón ni medio bien.

Cuando vi por primera vez La Falleta pensé que era una carrera entre chavales del valle, pero vi que sólo corren algunos valientes recién llegados, niños, jóvenes del pueblo y algún señor mayorcete.

Distancia? Aproximadamente un kilómetro. Se llega a la iglesia subiendo para arriba tras muchos metros bajando para abajo. 

Se cruza el puente del río por El Regancho donde no procede que te detengas a enjuagarte el gaznate si vas primero, no te dará tiempo tomarte una cervecita antes de subir la cuesta.

Por último recordarte que si bebes y se te sube a la cabeza hasta el punto que te presentas y ganas La Falleta, que no te fíes, recuerda lo que te cuento del jamón.

domingo, 20 de noviembre de 2022

La borda de mi amigo Baila en el barranco Foricón, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

Como estamos con el proyecto de formas de adelgazar, os cuento otra manera muy efectiva que tiene mucho parecido con correr una carrera de cien kilómetros.  

Además el cuerpo te lo agradezce si estás acostumbrado al trabajo duro, dormirás de una pieza.

Si eres un lila te dolerá todo el cuerpo y verás todas las constelaciones llenas de estrellas.

Una mañana vino Baila a hablar conmigo delante de la Dona, necesitaba limpiar la borda que tiene más abajo del puente de la Capilleta.

Como no tenía trabajo en ese momento acepté, me dio el pico, los azadones y la pala con el carro y fuimos a la borda. 

Era pequeña y me tenía que agachar para no tocar el techo puesto que Baila es más bajito que yo.

"Todo esto que está en el suelo tienes que sacarlo fuera haciendo un montón." Señaló el sitio exacto donde tenía que hacer el montón.

Me extrañaba que el suelo estuviera tan liso. Parecía suelo propio de la borda pero no lo era.

Cuando se fue hice un boquete por el lado de la salida y empecé a cargar estiércol de ovejas y cabras en el carro acarreando al sitio señalado.

Aquello no es lo que pensaba ni iba a tardar tres horas. Continué haciendo el agujero en ese mismo sitio junto a la entrada porque desde dentro no podía trabajar con libertad por mi altura.

Cuando vi el suelo en la oscuridad del hoyo tenía una profundidad entre cuarenta a cincuenta centímetros y ya había cargado un montón de carros de estiércol. El montón ya era grandecito con tan poca cosa.

A las dos de la tarde me fui a comer y no había sacado más que un cuarto. El pico hace horas que no lo necesitaba y la herramienta para socavar la montaña prensada era el azadón, rebañando el estiércol dentro del agujero ya bastante grande, me llegaba por las rodillas con los pies sobre las baldosas del suelo. 

Al regreso continué mi tarea. Lo que comí desapareció de mi barriga en menos de una hora. Llegué a pensar que no había ido a comer porque en plena faena de adelgazamiento se me caía el pantalón al punto que cuando me lo subía quedaba por debajo de mi pantalón de atletismo.

Sinceramente vi muy efectivo el ejercicio de adelgazamiento y busqué una cuerda para atarme los pantalones porque era un verdadero fastidio ver que a las cuatro de la tarde me faltaba aún más de un tercio de estiércol por arrancar para echar sobre la montaña acumulada fuera.

Una buena táctica para ahorrar tiempo en el sistema "Limpiar Borda de Baila" fue arrancar el estiércol más rápido dándole más velocidad, realizando un intervalo de esfuerzo kilométrico antes del intervalo de recuperación evidente, cargar con la pala el carro y llevarlo a descargar en el montón exterior.

Cuando acabé vi aquella choza totalmente limpia con más de dos metros de altura. Solo faltaba poner una cama y quedarme a vivir allí. Se estaba de lujo.

En vez de terminar a las ocho de la noche terminé a las siete de la tarde. Salí perdiendo peso y gané tiempo para ir a tomarme unas cervezas fresquitas sentado en la terraza del bar sin poder verme la barriga ni encontrarla.

Sistemas de adelgazamiento Baila. 
Baila Sistems © Copyright Patentado.

Cómo adelgazar corriendo por el Valle de Chistau. Teoría y práctica. Pirineos de Huesca

El día que me quedé más delgado que nunca fue tras correr los 101 kms de la Legión en Ronda que según los tramposos Oficiales que comandan la carrera hice en diez horas y quince minutos, y según mi menda en nueve horas y media más el primer puesto.

Aquel año en España, tras una sequía atroz que duró cuatro años, justo una semana antes de celebrarse la carrera legionaria se puso a diluviar y la larga sequía española murió ahogada.

Esta carrera legionaria no tiene nada que ver con las carreras en Chistau pero la mejor forma de adelgazar es metiéndose a pastor de ganado vacuno, rebajará mogollón los centímetros de tela de los pantalones y las camisas, lo que es muy bueno para el medio ambiente chistabino.

Para hacer una buena carrera por intervalos no hay nada mejor que tener hambrientas a las vacas después de tenerlas en un terreno que apenas haya hierba para alimentar. 

Un día las llevas despacito a otro campo como el de Miguelo en Plandescún, y las pobrecitas te hacen correr de lo lindo para que adelgaces persiguiéndolas con esfuerzo y sudor.

Una o dos vacas siempre se saldrán de la manada volando, metiéndose en campos verdes ajenos y cuando lo hagan os veré como a Miguelo persiguiéndolas a la carrera para volverlas al grupo.

Saltando cercas detrás de las vacas se pierden un montón de kilos conforme se van sumando kilómetros. No es de extrañar que cuando la tarea se termina, aparezcas sediento en el bar de Ruché o del hotel Mediodía y los feligreses te miren raro por las carreras que te acabas de meter.

Por eso inventé el trabajo de "pastor conductor de vacas" que consiste en conocer los campos donde sabes que las vacas van a salir pitando. Hambrientas pondrán pies en polvorosa para comer el preciado manjar verde color lechuga sin aceite de oliva, sal o pimienta.

Para ejercer hay que tener capacidad de que las vacas circulen por el carril derecho. Hay que ir trotando para impedir que las vacas vayan andando a ritmo simplón. Así se las tiene entretenidas con la marcha impidiendo que puedan prestar atención a los campos verdes ajenos y te hagan saltar las veredas persiguiéndolas.

Cuando se pase por un campo muy verde hay que arrearlas para que corran, que no huelan la hierba fresca ni se vuelvan locas para meterse en un campo tan sabroso como el de José del Royo, que está justo debajo de la presa en la recta antes del puente de Plandescún.

Por el túnel hay que ir despacito porque las vacas no tienen luces delanteras ni traseras. Si ves que una vaca se para mirando el limbo, hay que arrear porque está a punto de decirles a las otras "Hierba a la vista!".

Procurar no perder el control llamándola "Malnacida", es mejor hacer un maullido de gato mosqueado para que la vaca te miré sorprendida y te tenga miedo.

Una vez las vacas están ya en el campo propio más tranquilas que en un santuario vacío, toca volverse tranquilamente al pueblo.

Se aconseja caminar sin sobresaltos, respirando consciente en la consciencia que da el trabajo bien hecho. 

Bueno es saber que el yoga comparado con "pastor conductor de vacas" es una verdadera estafa.

Para más información pregunten en el bar de las Piscinas de Plan o en El Regancho de San Juan invitando a unas rondas a los feligreses. 

Adelgazamiento garantizado hasta quedar en el chasis.



sábado, 19 de noviembre de 2022

Cuento del gorro de lana verde de mi amigo el alcalde de Gistaín, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

Miren, les voy a contar una historia un poco confusa pero creo que como buenos investigadores descubrirán dónde fue a parar el objeto del deseo.

En los ochenta compré en una tienda de instrumentos de Nerja una flauta de estas fabricadas de plástico. No recuerdo cuántas pesetas me costó pero sonaba divino. La flauta emitía sonidos graves desgarradores que me llenan profundamente de tranquilidad.

La tuve conmigo largos años en grandes viajes hasta que estuve en el Valle de Benasque durante varias semanas. 
La hacía sonar estando a solas sobre una peña donde dormía en la senda a Cerler.

Un día se me ocurrió subir a Cerler y estuve un par de días. Dormía en un llano a un par de kilómetros del pueblo yendo por la pista de la estación de esquí y cada día recogía mi equipaje para irme al bar a tomar café y pasar la jornada por allí.
 
El día que me volvía para Benasque, en el bar, alguien se agenció mi flauta y aunque la busqué donde dormí y por el camino no la volví a ver más. 

Entendí que se había convertido en objeto de deseo de alguna persona que estaba allí.

Recuerdan el licor anisado de la marca Bendor?. Antiguamente traía unas campanillas muy graciosas que coleccioné en mis viajes. Las llevaba colgando de mi mochila y sonaban con un sonido precioso cuando caminaba.
 
Hasta que fue objeto de deseo de alguien en un pueblo llamado Casas Bajas, en el Rincón de Ademuz, Valencia, donde estuve a punto de tener un lío a puñetazos con dos gilipollas que cortejaban a dos camareras con las que no iban a pillar. No sé quién se llevó mis campanillas.

En Nerja, en la misma tienda de instrumentos, me volví a comprar otra flauta que sonaba aún más potente y más grave. Su sonido era una maravilla. Fue objeto de deseo de alguien en un largo viaje por la Bretaña francesa y no la volví a ver más.

En Torremolinos, un día que llovía, junto al bar Comodoro donde desayunaba por las mañanas, compré un paraguas automático plegable cuya sensación en las manos era tan agradable que acariciaba contantemente su empuñadura. 

Otro día fui a reservar un coche de alquiler, llovía y lo llevé conmigo. Terminé de hacer la reserva y los del rentacar, unos amigos, me preguntaron dónde iba: "Voy al final de la avenida Héroe de Sostoa a ver a mi hermano." "Espera y te llevamos, vamos de camino" - dijeron.

Por dos veces intentaron quedarse mi paraguas cuando salí del coche. Al final me lo devolvieron y subí a casa de mi hermano. 

En casa de mi hermano el paraguas se convirtió en objeto de su deseo. Me lo quitó de las manos y lo echó detrás del sillón grande y cuando me fui se me olvidó. 

Regresé de la calle y subí a coger el paraguas pero mi hermano insistía que no había entrado en casa con ningún paraguas. Si llevé alguno quizás lo dejé en la escalera y se lo habrán llevado. No volví a ver más el paraguas.

Una de las veces que viajé a Torremolinos a ver a mis padres, en la misma tienda junto al bar Comodoro compré un gorro de lana verde color militar de tacto suave e increíblemente cálido. 

Pensé que me venía muy bien en los descansos de mis carreras al collado de Sahún, a la ermita de la Virgen de la Plana o al refugio de Biadós. Lo compré por quinientas pesetas y me lo traje para Chistau.

A veces desayunaba en el bar el alcalde de Chistén. Una mañana de esas fui a tomarme unos cafés antes de subir a la ermita de la Plana, el alcalde vio mi gorro y lo cogió.

Lo toco, le gustó, era suave, esponjoso, muy agradable al tacto y se convirtió en objeto de su deseo. Quería que se lo vendiera y le contesté que me hacía falta para ponérmelo durante la media hora en los tiempos de recuperación para impedir la pérdida de calor por la cabeza.

Me lo devolvió y me lo metí a medias en la cintura por detrás. Tras llegar al puente de las piscinas comencé a subir y ya no paré hasta la ermita. Cuando quise ponerme el gorro no lo tenía en mi cintura por ninguna parte.  

Con malla, una camiseta y una sudadera, a ver dónde se iba a esconder el gorro?.

No lo encontré a lo largo y ancho de los catorce kilómetros de regreso, cosa rara que un gorro se pueda perder por una pista por la que no pasa nadie.

Semanas después el alcalde de Chistén apareció con un gorro como el mío, ya no usaba gorros con orejeras ruso. Mi gorro su objeto de deseo. Llevo veinte años esperando que me lo devuelva.


La dona Josefina, la paella y el Baila, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

Un día la dona Josefina me dijo que si quería la habitación pequeña de su casa me cobraría 500 pesetas al mes.

Pero yo, obstinado, se lo agradecí y me conformaba con poder tener la tienda de campaña en el campo detrás de la iglesia.

Miguelo dijo que podía acampar allí y que no llevaría vacas. Pero no tardó mucho que llevó un puñado de vacas que tenía en el campo tras el polideportivo en la pista a Plandescún.

Los primeros días no pasó nada pero una mañana fui a echarme un rato y me habían destrozado el doble techo a pesar de la alambrada electrificada. Me vi obligado a aceptar la habitación pequeña que la Dona me ofreció.

Josefina me trataba muy bien y a veces me invitaba a comer cuando había visitas y quería tenerme en la mesa. Los demás días comía en el restaurante o me hacía yo mismo algún tipo de comida fría en la habitación porque acercarme a la cocina de la Dona era casi imposible.

La cocina, pequeña, por lo general, la tenía ocupada cocinando sus cosas y yo pasaba por allí para saludar los buenos días. No había día que no tuviera visitas con una charla entretenida al calor de la estancia quemando leña la cocina de hierro.

A veces le decía que la invitaba a comer, pero ella no quería dejarme cocinar. Al menos me dejaba ir al supermercado Fantova a comprar pollo y lo que ella me pidiera para cocinar ella.

En verano algunas veces le quise invitar a una paella de las que yo hacía en los viejos tiempos cuando trabajaba en cocina. Fue entonces que conocí que también le gustaba liarla un poco y parece que se divertía muchísimo con ello.

Dijo que hiciese la paella en el brasero del patio "pero si Baila viene a husmear no lo invites." Me quedé mirándola extrañado pero le dije sí con la cabeza.

Me quedé sorprendido porque Baila y ella estaban muy apegados y no entendía la indirecta. 

Llegué a pensar que no tiene porqué aparecer Baila, estaría trabajando o haciendo sus quehaceres con el ganado en algún sitio fuera del pueblo.

Limpié el brasero y encendí los trozos de madera hasta que se asentó la brasa. Cuando eché el aceite y cocinaba el sofrito apareció Baila y me quedé de piedra. No me lo podía creer.

No supe qué decir. Me quedé callado obedeciendo a la Dona. Apostada en el arco de la puerta a la espalda de Baila, con una sonrisa angelical, señalaba con el dedo en la boca que guardara silencio y Baila erre que erre presionándome.

Cuando estábamos comiendo sentados en la mesa, Baila entraba y salía del comedor una y otra vez mirando la paella. 

Me ponía tenso con los nervios en la garganta porque yo lo quería invitar pero Dona me miraba con esos ojillos suyos y no abría la boca, obedecía.

Baila se iba y a los pocos minutos aparecía otra vez y así todo el rato. La Dona lo invitó a vinito, le servió un vasito como siempre hace con los invitados. Y al final le sirvió un platito de arroz.

Nunca entendí bien la situación. Creo que Dona nos puso a prueba a los dos.
Yo no decía nada. Ella era la dueña y la había invitado a paella. 

Muy rara vez intenté hacer otra paella en el brasero del patio. Me ocurrió cosas parecidas y deserté.

Con lo bien que cocinaba con madera en las playas, nunca me volvió a salir. Ni remotamente bien a cuando trabajaba en cocina veinticinco años atrás. 


jueves, 17 de noviembre de 2022

El duende albañil de la calle de la panadería, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

Quizás haya visto otros casos parecidos, pero la mentalidad que requiere una persona como Luís del Sol para ponerse a ejecutar medidas en un terreno de su propiedad y construirse una vivienda en solitario, se le llama tener una paciencia infinita.

También hay que tener dinero para comprar materiales además de una interesante capacidad para dibujar sobre el terreno el diseño delineado con fallos mínimos.

Su construcción requiere que el capital invertido obtenga dividendos porque ya sabemos que cuando se monta un negocio al principio todo son pagos y pérdidas. Requiere tiempo y dedicación obtener el fruto del trabajo realizado.

El día que vi a Luís del Sol tomar medidas en el terreno de su propiedad en la calle de la panadería le pregunté qué dibujaba en el suelo. 

Pronto empezó a construir el muro exterior de la obra para evitar la entrada de personas que pudiesen caer en los agujeros que posteriormente mandó hacer con una excavadora. Eran la base de la estructura, las columnas antisísmicas del edificio.

A veces también aparecía su hermana llevándole el almuerzo a media mañana. Carmen era una persona muy curiosa. Me contaron habladurías y leyendas de ella pero nunca hice mucho caso. Me importaba dos habas lo que dijesen fuese cierto o no. Me la encontré pocas veces en la puerta de su casa o por la calle pero siempre me cayó muy simpática y agradable. 

Cuando coincidimos, hablamos un buen rato, aunque su fabla a veces me era harto difícil de entender. 

Con la fabla chistabina tuve los mismos problemas que con cualquier persona hablando el pedante castellano.

Padezco una minusvalía auditiva de nacimiento que por entonces era del treinta y siete por ciento, reconocida desde mi niñez.

Hoy es del cuarenta y seis por ciento y no me quedan muchas ganas de volver a entrar en una cabina de audiometría. La última vez que fuí, el energúmeno que manejaba los mandos del artilugio me hizo sufrir muchísimo con los contrachoques eléctricos. Me quitó las ganas de volver.

Cada mañana paraba a hablar con Luís del Sol mientras trabajaba, piedra a piedra elevando un metro el muro exterior, con maestría perfectamente demostrada. Ya me había instruido en los años de construcción de la ermita Virgen de la Plana observando a los maestros albañiles, Cozme, Ferrer y el Gallego, estudiar las piedras para colocar la cara buena hacia el exterior.

En los días más crudos del invierno el hombre no trabajaba. En los días más cálidos cercanos a la primavera continuaba por donde lo había dejado.

Tranquilo, sin prisas, planificando sus movimientos, la estructura cogió forma. Piedra tras piedra, ladrillo tras ladrillo las paredes exteriores e interiores de la casa se alzaron hasta un metro de altura.

 La pared de piedra exterior y la de ladrillos interior separadas por un espacio de entre veinte y treinta centímetros para rellenar la pared de ladrillo interna con espuma de poliuretano, material aislante que se solidifica al contacto.

No hubo día que tras unos cafés, me dirigiera a la panadería o para casa y no estuviese Luís del Sol trabajando. Como dijo Ángel Ballarín, sí, el sastre de Barcelona que me metió una paliza jugando al tenis en el pabellón de las piscinas, el mismo que viste y se viste: "A lo tonto a lo tonto se está construyendo una casa."

Había visto la evolución de la obra desde el primer día cuando llegó el camión descargando la grava en los encofrados del suelo y mortero en los encofrados de las columnas,  lo que sería la estructura del edificio. 

En los tejados Luís del Sol metió otras personas más profesionales. Tener un buen tejado equilibrado y estructurado es fundamental para que un edificio resista toda la vida. Colocar las tejas de pizarra ordenadas para obtener un aislamiento y protección garantizados contra la dureza del clima en Chistau.

O si no que se lo pregunten a algunos que se compraron un coche nuevo la víspera en pleno agosto, que se desató una tormenta de granizo que los abolló por completo. Sin un buen tejado no tienes casa. ¡Menudo el Luís del Sol!.






lunes, 14 de noviembre de 2022

El alma libre de un corredor popular, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

Iñaki era un corredor popular que  cada fin de semana corría las carreras que se celebran en el entorno de su comunidad.

Cada tarde salía con sus compañeros a correr sus sagrados noventa minutos a rajatabla antes de entrar en el gimnasio a realizar una sesión de pesas o correr una sesión de series en la pista de atletismo.

No era cuestión de ganar nada, solo era un corredor popular, un aficionado que se jugaba la "honrilla" con sus amigos y a veces algunas cervezas. Las media maratones existen para correrlas, pura devoción que le llenaba por completo. 

A veces iba con su mujer y sus hijos. Otras con su grupo de colegas compartiendo los gastos de viaje pasando el día en cualquier carrera del circuito que tenían establecido desde hace años.

Un día se sintió mal durante una prueba al punto de desfallecer, con síntomas claros de que algo no iba bien. La ambulancia tuvo que acudir al lugar a la llamada de sus compañeros de carrera donde fue asistido de primeros auxilios siendo trasladado a un hospital donde permaneció en observación unos cuantos días hasta que le iban a dar el alta.

El médico por entonces ya tenía los resultados de las pruebas que le hicieron y fue claro y contundente: 

- En base a los resultados de las pruebas que le hemos realizado, usted no está en condiciones de volver a correr. Como médico le aconsejo que no vuelva a correr nunca más. Usted padece un problema cardíaco de suma gravedad y cualquier día que vuelva a correr, perderá la vida quedándose en el sitio.

Iñaki quedó traumatizado. Lo recogió en el hospital su mujer con algunos colegas que la habían llevado en el coche. Tenía muy mala cara y contestaba a las preguntas sin hablar, moviendo la cabeza.

La señora recibió los papeles del alta crispada escuchando con atención los avisos del doctor con la información reservada sobre su marido.

Una tarde yo había terminado de entrenar, me había duchado y paseando por la ciudad deportiva vi a Iñaki y a Ángel, su amigo personal, sentados en las escalinatas de la salida.

Me acerqué saludando y el hombre se mostró tremendamente abatido cuando le pregunté si había entrenado. Ángel lo miró con pesar. Me contaron lo que pasaba y no tuve palabras para expresarle.

Pocos días después lo volví a ver en las escalinatas equipado de atletismo. Había intentado correr y el corazón le había dado un aviso. Se encontraba bien pero decía que cualquier día cogería el coche y se iría a los montes a correr.

- O mejor!. Conozco un valle precioso donde iré a correr y que la nieve me cubra si me quedo en el sitio - decía.

No me atreví a contradecir lo mucho que él deseaba seguir siendo un atleta, aquellas palabras eran una premonición profunda de su eterno agradecimiento a la vida y al amor que sentía por este deporte.

Pocas semanas después me encontré con Ángel, su colega y compañero, me comunicó su fallecimiento, aunque ya me lo habían comunicado otros. 

Me contó que Iñaki cogió el coche y se fue al Valle de Chistau. Aparcó en el parking a la puerta del hotel. Se vistió con su equipación de atletismo, calentó un poco y se puso a correr.

Cruzó el puente de San Juan sobre el Cinqueta y comenzó a nevar. Ascendiendo pasó por la ermita de San Mamés y la saludó con "Adiós".

La nieve caía fuerte cuando llegó a los llanos del barranco La Pacina y siguió corriendo sobre el suave manto nevado bajo sus pies.

Pasando al lado de una borda se sintió muy cansado. Se acercó andando a un bosque cercano, no podía más, sentía frío. Se apoyo en un árbol y se sentó viendo como el valle desaparecía bajo una gran tormenta de nieve.

Lo encontraron varios días después en aquel lugar donde corriendo se le fue la vida.





sábado, 12 de noviembre de 2022

Lo que pasó en la pista de Serveto a Gistaín, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

Supongo que conocen Feneplán, la pista que, dejando atrás Señes, entra por la derecha para cruzar el arrollo del barranco del Mont en dirección a Gistaín.

Feneplán serpentea ascendiendo a media altura hasta el barranco Foricón que desciende por encima de Gistaín para desembocar en la pista que baja de La Poma y el Mirador de Puyadase.

El recorrido lo iniciaba en el puente de la Capilleta controlando con mi pulsómetro el cronómetro y la frecuencia de mi ritmo cardíaco. Bajaba por la carretera y subía para Crabils hasta la borda donde se inicia el PR que va a Serveto.

Quien ha ido por ese camino conoce bien el impresionante y mágico paisaje que se disfruta que a mí me dejaba alucinado. 

Pasaba por Serveto y enfilaba la larga calle de salida a la pista principal para girar hacia arriba, bordear Señes y al poco meterme a la derecha por la pista del barranco del Mont, atravesar el arrollo que a veces tenía dificultad según su caudal de agua o la acumulación de nieve o hielo. 

Yendo por Feneplán un día se me ocurrió un ejercicio de mi invención. Por entonces ya todo era resultado de la experiencia en la experimentación y tras probar lo que se me había ocurrido obtuve resultados estratosféricos en cuanto a la perfomance de la capacidad física.

En una semana llegué a hacer el mismo recorrido cinco veces e incluso desarrollé una lesión por sobrecarga en el tendón de Aquiles de la pierna derecha porque este tipo de ejercicios es mejor realizarlos una o dos veces al mes. 

El ejercicio trataba de realizar un intervalo de esfuerzo durante un tiempo determinado recorriendo la mayor distancia posible. 

Tras el esfuerzo se realiza un intervalo de recuperación, también de tiempo determinado, antes de volver a repetir otro intervalo de esfuerzo. 

La fórmula de la ecuación realizada, como pueden entender, es secreta y personal.

Los datos mostraban que ascendiendo hacia la zona del barranco Foricón donde la cueva Dels Crabóns Royos, corría los quinientos metros en menos de un minuto. 

Lo raro es que corriendo en descenso hacia Gistaín, por la pista que baja de Puyadase y después por la carretera hasta el aserradero de Plan, la velocidad no aumentaba, corría un segundo más o menos a la misma velocidad lo mismo para arriba que para abajo.

Otro dato es que el récord del mundo del kilómetro estaba (02:12") dos minutos doce segundos. 

Si suman dos de mis quinientos metros el resultado por kilómetro es de (01:56), un minuto y cincuenta y seis segundos, por ejemplo, segundo arriba segundo abajo, ejemplo de velocidad de crucero a 32 kms/h durante catorce kilómetros.

Otro dato es que el inicio lo tenía en el puente de la Capilleta, subía a Serveto, Señes por Crabils, ascendiendo a Dels Crabóns en las inmediaciones de Gistaín para bajar por la carretera a San Juan y Plan en un largo recorrido.

A este ejercicio le puse el nombre de mi ídolo, Zatopek. Pero con el tiempo lo he  llamado Línea Roja porque ahora tiene otras variables. Esto es lo que descubrí. 

Si me preguntan para qué sirve la perfomance?. En el Huesca y el Zaragoza andan renqueando en segunda división con preparadores físicos salidos de la universidad que cobran un dineral y no saben diseñar un ejercicio de alto nivel Anaeróbico en un campo de fútbol. 


miércoles, 9 de noviembre de 2022

La carrera pedestre al Puerto de la Madera y La Poma en Pirineos Valle de Chistau

Si hay una carrera donde me hicieron rabiar mucho provocando mi estrés fue la que subió hasta el Puerto de Plan y de la Madera.

Que no querían que metiera mis hocicos en el evento porque pensaban que me daría ventaja. Craso error, quien se machaca soy yo, mi cuerpo y mi mente, y llegado el día de la carrera no estaba en forma, me obligaron a correrla.

Fue muy duro porque cuando llegué al Puerto de la Madera me quedé parado mucho tiempo, mi cuerpo quería dormir al calor maravilloso que hacía en aquel lugar que me provocaba sueño.

Incluso tenía michelines pero lo peor fue la relación con la directora de la carrera, contratada a una empresa de Zaragoza que se vendían como expertos en eventos de diversa índole.

Hablaba con ella y todo eran excusas, palabras vacías, desde mi punto de vista ignorancia, siendo la máxima ejecutiva de la empresa, un despropósito!.

Es como tratar con técnicos de fútbol que cobran un dineral estratosférico y hablarle sobre entrenamiento de alto nivel Anaeróbico o de Línea Roja y no tener ni pajolera idea, y aunque el equipo sea colista en Segunda División cobran igual sin que les importe un pito la situación.

La carrera que seguramente diseñaron Guillermo Sanz y Alberto Bosque, conocedores de la montaña, una preciosidad. Cuando pasé el Puen de Lisier y comencé a subir la zona de Puente de Blanca quedé anonadado con aquel bosque hasta que girando a la derecha apareció la cima pelada donde se veía gente a lo lejos.

Cuando bajé para Tabernés, a través de una senda oculta en una selva de maleza corríamos en fila india cuatro o cinco, yo el último. 

El individuo delante mío bajó su ritmo respecto a los que iban delante que curiosamente desaparecieron entre la maleza por arte de magia. 

El individuo diciendo que por ahí no es que por aquí sí, me llevó por un camino sin salida hasta un prado cerrado.

Nos quedamos parados porque el individuo no paraba de hablar. De repente se volvió hacia donde nos habíamos perdido y curiosamente corrió tan rápido que desapareció en la selva de maleza.

Entonces me  encontré el camino que bajaba a Tabernés y sin estar fino ni muy en forma con estrés, corrí lo que pude y lo doblé junto a algunos más por la ribera del Cinqueta de La Pez. 
Después a lo largo del valle del Cinqueta cogí a otros hasta llegar a Plan en el puesto trece o catorce.

El estrés y la rabia que tenía me duró el resto del día. Estuve insoportable y de un humor de perros. Molesté a todo dios incluido al alcalde que trabajaba en su cocina con el restaurante y el bar lleno hasta los topes.

El único que consiguió calmarme fue Carlos Buisán de Casa Inazio porque mi estrés y decepción me superaba. Creo que opté por irme a casa, ducharme y dormir la mona porque había bebido buenos vasos de vino.

Aún tuve que soportar a esa empresa las temporadas siguientes en la carrera de Chistau, una de ellas yendo por La Poma. 

Guillermo Sanz y los demás habían diseñado una carrera que me pareció horrible. Había que llegar a Salinas y por el lado norte del Cinqueta una senda PR o GR seguramente muy estrecha subía hasta Sin o por encima de Sin y de ahí hasta La Poma. 

A un día de celebrarse el evento se suspendió por el mal tiempo y fue un alivio para mí. Al año siguiente cambiaron el recorrido, subiríamos por Crabils.

Mira por dónde, con la misma empresa de Zaragoza, conociendo bien La Poma no hubo opción de engaño. Pero me echaron montaña abajo por la zona de los huecos y no por la pista. Me hicieron enfadar muchísimo!. Toda vez que mi pierna se clavaba en un hueco me quedaba sentado un buen rato llamando fistro hasta al presidente Mur de las Cortes de Aragón. 

Cuando se me pasaba el ataque de furia me levantaba y seguía corriendo evitando los huecos hasta caer en otro. No me hacía daño porque el musgo de hierba que lo cubría era espesa y amortiguaba los golpes, pero caí al menos seis o siete veces y mi mosqueo pasaba de castaño a oscuro recordando lo de Tabernés. 

A punto de llegar a la pista me volví a colar en otro agujero. Me cagué en todo lo que se mueve y en lo que no!. Estaba rabioso y me levanté del agujero solo cuando vi a un grupo de corredores parados en una curva de la pista un poco más arriba, sin saber por dónde ir.

Entonces me calmé, salí del agujero y cogí la pista corriendo a la velocidad diabólica que había experimentado los últimos meses, volando hacia las piscinas de Plan aproximadamente a 2:25 minutos por kilómetro. 

Dicho de otra forma: Si de Plan a Gistaín hay cinco kilómetros, multiplicas por tres minutos el kilómetro el resultado es quince minutos. 

Si de La Poma a Gistaín hay cuatro kilómetros, desde la zona baja habrá tres kilómetros a Gistaín, que sumando los cinco hasta Plan el resultado es aproximadamente ocho kilómetros que bajé en quince minutos. 
Mi tiempo de carrera fue: 1h23.

Si no hubiera estado tanto tiempo parado echando espumarajos toda vez que me caía en un agujero, el que llegó a la meta primero, que fuí segundo y me sacó cinco minutos, se come las zapatillas que dejó abandonadas en el valle más el postre.

Todavía tuve que aguantar a algunos de Zaragoza decir que me habían privilegiado. Les grité el tiempo que había tardado en bajar y se quedaron mudos. "Es que os pillo por la pista os doy tal pasón que os quedáis sentados" - les dije.

La carrera al Puerto de la Madera y La Poma

La carrera al Puerto de la Madera y La Poma


La carrera al Puerto de la Madera y La Poma

                  (Recorrido aproximado de los agujeros)

domingo, 6 de noviembre de 2022

Los peligros de creerse superior en la montaña, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

Era una mañana de sábado apacible tras toda la semana de trabajo. En Ruché estábamos cada uno en una esquina de la barra el Gallego y yo. Leyendo el periódico un vecino de San Juan, no recuerdo bien quién era.

Paró un todoterreno lujoso enorme en la calle y bajaron una mujer rubia y otra morena que iba de copiloto, el piloto ni rubio ni moreno, intermedio.

Estuvieron un rato yendo y viniendo por la acera paseando por delante de la farmacia y el supermercado Mur sondeando el paisaje con un mapa en la mano. 

El habla me pareció familiar y la forma de vestir adinerada también. Salí fuera a echar un vistazo al coche como si estuviese oteando el paisaje y mientras estaban en la esquina de la calle mirando en dirección a la panadería.

Miré la matrícula del todoterreno que si mal no recuerdo era un Mercedes. Vinieron hacia mí y me preguntaron si se podía pasar por la Coll de Sahún. Me contaron que eran de Marbella, venían del lado francés por el túnel de Bielsa y buscaban cortar camino para llegar a Benasque. 

Lo primero que les dije que era un año muy seco, que los barrancos con tanto frío habían formado grandes capas de hielo, que por la información que yo tenía, por el Collado de Sahún no se podía pasar bajo ningún concepto, que había grandes capas de hielo y además la altura, 2.010 metros.

Para confirmarlo, por la ventana abierta de Casa Ruché llamé la atención del Gallego, que pertenecía a Protección Civil, y les confirmó de forma contundente que no era posible el paso por el Collado de Sahún.

Bueno, pues se suben en el coche y se van y yo vuelvo al bar a ver la televisión. A eso de las 12 horas paran en la puerta dos todoterreno de la Guardia Civil de Bielsa y el Gallego y yo nos miramos presintiendo lo que había pasado.

Los guardias entran al bar y se dirigen al Gallego preguntando por el alcalde. Pepe abandona la cocina y hace acto de presencia. Se confirma lo que suponíamos. 

El majarón marbellí ha intentado pasar el collado con su todoterreno, creyendo quizás lo que publicitaban en la tele con todoterrenos escalando pendientes imposibles, envalentonado tal vez por la compañía de las dos pavas que no quiso dar la vuelta de 100 kms yendo por la Fueva, Campo, Castejón de Sos y Benasque.

Pepe confirma al Gallego como Protección Civil y lo manda acompañar a los civiles, bajar al garaje para coger el tractor y el remolque para proveerse de arena del río y en una hora los vi desde el bar subir en dirección del collado.

Yo no fuí porque no era de Protección Civil. A saber la suerte que tuvo el majarón de Marbella para conectar con la Guardia Civil desde la Coll de Sahún cogiendo un hilo de la antena de Benasque. En Chistau tuvimos antena para móviles meses después.

Y lo que me contó el Gallego, el coche enganchado en el hielo ladeado hacia barranco La Simierre. Para llegar arriba fueron echando arena sobre las grandes capas de hielo formados en la pista a la salida de los barrancos, doce kilómetros y medio recorridos en varias horas.

Una vez allí amarraron cuerdas desde puntos distintos para arrancarlo del hielo y impedir que el coche cayera por el barranco La Simierre. La vuelta al pueblo fue tan lenta como la subida y aparecieron bien entrada la tarde que aún había luz.

Imagino lo que sería tener que ir a por un majarón y sus pavas a horas nocturnas.
Los majarones malagueños son de lo peor.


Er majarón de Marbella, una rubia y una morena

Er majarón de Marbella, una rubia y una morena


Un invierno muy frío sin nieve a -20°, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

Era un invierno muy seco que el agua que discurría por los barrancos, en cuanto salía a la pista, detenida en algún hoyo se congelaba hasta formar grandes capas de hielo en la subida a la Coll de Sahún.

El frío provocó que el tanque no recibiese agua y el alcalde me envió al barranco que abastecía de agua de consumo los abrevaderos a ver qué ocurría.

Me puse unas zapatillas raras con ventosas que me había traído de casa en un viaje a Málaga para ver a mis padres y fuí corriendo por la pista de Sahún hasta el primer barranco con una gran capa de hielo que se descolgaba atravesando el carril como una lengua que baja por el precipicio montaña abajo.

Para evitar un resbalón imprevisto opté por echarme al suelo pegado a la cuneta de la montaña y me arrastré por encima del hielo sin dar acelerones hasta dejar atrás el hielo, levantarme y seguir corriendo para arriba haciendo lo mismo en los otros barrancos hasta llegar al kilómetro siete aproximadamente.

El cielo completamente raso de un azul profundo luminoso por todos los valles del Pirineo, a contemplar hasta donde podía alcanzar la vista. 

Entré en el barranco donde está la arqueta que provee de agua de consumo para el pueblo y aquel lugar era un Sol andaluz resplandeciente que no tenía fuerza para dar calor.

Subí para arriba aquel barranco sin problemas porque alli no había hielo, solo un hilito de agua casi imperceptible bajaba de la montaña en algún charquito casi estancada.

La caseta de las tuberías del líquido elemento ningún problema. En el lecho del barranco la arqueta que recibe el suministro sin obstrucción ninguna.

Montaña arriba el lecho por el lecho del barranco siguiendo instrucciones de Pepe por el transmisor, comuniqué que no bajaba ni un hilo pequeño de agua, estaba totalmente seco, tal vez porque permanecía congelada en la cima, en algún lugar de la montaña donde haya sombra permanente, que es donde más crecen las capas de hielo en la pista de Sahún.

No había nada que hacer, todo limpio. Me volví para abajo y salí del barranco para volver al pueblo. 

Hice lo mismo que cuando subí, me eché sobre el hielo pegado a la cuneta de la montaña arrastrándome despacito hasta salir, ponerme en pie y seguír corriendo para abajo.

Así todas las veces que hizo falta. No se puede fiar de andar de pie sobre capas de hielo, tener un resbalón y que la inercia de la caída lance mi cuerpo por el tobogán de hielo que baja como una lengua por el precipicio de la montaña. 

Así dejé atrás la zona de los barrancos y llegué al pueblo. Días después el Gallego y yo tuvimos que subir por la pista de Sahún con la maquineta sin llegar a los barrancos por una tubería que se había roto y expulsaba agua.

Arreglarla fue mojarse hasta las orejas. Suerte que llevamos parkas que son impermeables. Me contó el Gallego que la rotura pudo haber sido por la caída de una piedra encima, ya que vimos que no está enterrada profunda y siendo material antiguo, tipo uralita o así pues se rompen con facilidad.

La arreglamos pero nuestra inspección nos dice que se han roto por la presión de congelación en otro extremo. 

Cuando miramos el conducto de la tubería en la arqueta de las piscinas estaba toda congelada. No llegaba agua porque se había formado un gran tapón a la sombra del frío de Mediodía provocando presión en las tuberías viejas con la obstrucción.

Así que tocó esperar que aquel invierno seco y soleado sin una sola nube durante meses tocara a su fin.

Un invierno muy frío sin nieve a -20°

Las perfomances secretas que experimenté en el Valle de Chistau

 Os quiero hablar de mis secretos de perfomance física de carrera que logré experimentar en Chistau. Algunos sabéis que para entrenar tenía ...