domingo, 20 de noviembre de 2022

Cómo adelgazar corriendo por el Valle de Chistau. Teoría y práctica. Pirineos de Huesca

El día que me quedé más delgado que nunca fue tras correr los 101 kms de la Legión en Ronda que según los tramposos Oficiales que comandan la carrera hice en diez horas y quince minutos, y según mi menda en nueve horas y media más el primer puesto.

Aquel año en España, tras una sequía atroz que duró cuatro años, justo una semana antes de celebrarse la carrera legionaria se puso a diluviar y la larga sequía española murió ahogada.

Esta carrera legionaria no tiene nada que ver con las carreras en Chistau pero la mejor forma de adelgazar es metiéndose a pastor de ganado vacuno, rebajará mogollón los centímetros de tela de los pantalones y las camisas, lo que es muy bueno para el medio ambiente chistabino.

Para hacer una buena carrera por intervalos no hay nada mejor que tener hambrientas a las vacas después de tenerlas en un terreno que apenas haya hierba para alimentar. 

Un día las llevas despacito a otro campo como el de Miguelo en Plandescún, y las pobrecitas te hacen correr de lo lindo para que adelgaces persiguiéndolas con esfuerzo y sudor.

Una o dos vacas siempre se saldrán de la manada volando, metiéndose en campos verdes ajenos y cuando lo hagan os veré como a Miguelo persiguiéndolas a la carrera para volverlas al grupo.

Saltando cercas detrás de las vacas se pierden un montón de kilos conforme se van sumando kilómetros. No es de extrañar que cuando la tarea se termina, aparezcas sediento en el bar de Ruché o del hotel Mediodía y los feligreses te miren raro por las carreras que te acabas de meter.

Por eso inventé el trabajo de "pastor conductor de vacas" que consiste en conocer los campos donde sabes que las vacas van a salir pitando. Hambrientas pondrán pies en polvorosa para comer el preciado manjar verde color lechuga sin aceite de oliva, sal o pimienta.

Para ejercer hay que tener capacidad de que las vacas circulen por el carril derecho. Hay que ir trotando para impedir que las vacas vayan andando a ritmo simplón. Así se las tiene entretenidas con la marcha impidiendo que puedan prestar atención a los campos verdes ajenos y te hagan saltar las veredas persiguiéndolas.

Cuando se pase por un campo muy verde hay que arrearlas para que corran, que no huelan la hierba fresca ni se vuelvan locas para meterse en un campo tan sabroso como el de José del Royo, que está justo debajo de la presa en la recta antes del puente de Plandescún.

Por el túnel hay que ir despacito porque las vacas no tienen luces delanteras ni traseras. Si ves que una vaca se para mirando el limbo, hay que arrear porque está a punto de decirles a las otras "Hierba a la vista!".

Procurar no perder el control llamándola "Malnacida", es mejor hacer un maullido de gato mosqueado para que la vaca te miré sorprendida y te tenga miedo.

Una vez las vacas están ya en el campo propio más tranquilas que en un santuario vacío, toca volverse tranquilamente al pueblo.

Se aconseja caminar sin sobresaltos, respirando consciente en la consciencia que da el trabajo bien hecho. 

Bueno es saber que el yoga comparado con "pastor conductor de vacas" es una verdadera estafa.

Para más información pregunten en el bar de las Piscinas de Plan o en El Regancho de San Juan invitando a unas rondas a los feligreses. 

Adelgazamiento garantizado hasta quedar en el chasis.



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