Paró un todoterreno lujoso enorme en la calle y bajaron una mujer rubia y otra morena que iba de copiloto, el piloto ni rubio ni moreno, intermedio.
Estuvieron un rato yendo y viniendo por la acera paseando por delante de la farmacia y el supermercado Mur sondeando el paisaje con un mapa en la mano.
El habla me pareció familiar y la forma de vestir adinerada también. Salí fuera a echar un vistazo al coche como si estuviese oteando el paisaje y mientras estaban en la esquina de la calle mirando en dirección a la panadería.
Miré la matrícula del todoterreno que si mal no recuerdo era un Mercedes. Vinieron hacia mí y me preguntaron si se podía pasar por la Coll de Sahún. Me contaron que eran de Marbella, venían del lado francés por el túnel de Bielsa y buscaban cortar camino para llegar a Benasque.
Lo primero que les dije que era un año muy seco, que los barrancos con tanto frío habían formado grandes capas de hielo, que por la información que yo tenía, por el Collado de Sahún no se podía pasar bajo ningún concepto, que había grandes capas de hielo y además la altura, 2.010 metros.
Para confirmarlo, por la ventana abierta de Casa Ruché llamé la atención del Gallego, que pertenecía a Protección Civil, y les confirmó de forma contundente que no era posible el paso por el Collado de Sahún.
Bueno, pues se suben en el coche y se van y yo vuelvo al bar a ver la televisión. A eso de las 12 horas paran en la puerta dos todoterreno de la Guardia Civil de Bielsa y el Gallego y yo nos miramos presintiendo lo que había pasado.
Los guardias entran al bar y se dirigen al Gallego preguntando por el alcalde. Pepe abandona la cocina y hace acto de presencia. Se confirma lo que suponíamos.
El majarón marbellí ha intentado pasar el collado con su todoterreno, creyendo quizás lo que publicitaban en la tele con todoterrenos escalando pendientes imposibles, envalentonado tal vez por la compañía de las dos pavas que no quiso dar la vuelta de 100 kms yendo por la Fueva, Campo, Castejón de Sos y Benasque.
Pepe confirma al Gallego como Protección Civil y lo manda acompañar a los civiles, bajar al garaje para coger el tractor y el remolque para proveerse de arena del río y en una hora los vi desde el bar subir en dirección del collado.
Yo no fuí porque no era de Protección Civil. A saber la suerte que tuvo el majarón de Marbella para conectar con la Guardia Civil desde la Coll de Sahún cogiendo un hilo de la antena de Benasque. En Chistau tuvimos antena para móviles meses después.
Y lo que me contó el Gallego, el coche enganchado en el hielo ladeado hacia barranco La Simierre. Para llegar arriba fueron echando arena sobre las grandes capas de hielo formados en la pista a la salida de los barrancos, doce kilómetros y medio recorridos en varias horas.
Una vez allí amarraron cuerdas desde puntos distintos para arrancarlo del hielo y impedir que el coche cayera por el barranco La Simierre. La vuelta al pueblo fue tan lenta como la subida y aparecieron bien entrada la tarde que aún había luz.
Imagino lo que sería tener que ir a por un majarón y sus pavas a horas nocturnas.
Los majarones malagueños son de lo peor.
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