Esto que estoy escribiendo hoy es un regalo. Me ha costado más de quince años investigarlo. Una cosa tan sencilla que muchos dirán que ya lo sabían. O lo criticarán para dejarlo como una mierda. A saber tú qué intereses tendrán quienes todo lo saben, que ni dejan ni hacen nada por las personas.
Seguramente os habrán hablado de lo bueno que es el yoga. A mí también me pasó. La única diferencia es que me gusta investigar, experimentar, analizar... Y eso no gusta, porque siempre termino cogiendo a los mentirosos.
Algunos sabéis que me dedicaba al running. He sido un corredor avanzado que he dedicado mi tiempo a profundizar en los sistemas de entrenamiento.
Cuando volví a casa porque mis padres estaban chungos, sufrí acoso sistemático de personas que se extrañaron verme en la pista de atletismo ejecutando (50 x 400 m).
Explicado para que lo entendáis (50 series de 400 metros). O sea 20 kilómetros divididos en tiradas de 400 metros. Lo hacía para buscar un dato que me permitiría ganar muchas carreras.
Así que ya me estaban pasando cosas raras cuando que acudí a un amigo de la juventud supuesto fisioterapeuta, y el individuo me hizo un tipo de masaje que no pensé que fuera peligroso, pero me movió todos los huesos.
Imagínense lo que he pasado durante más de quince años, viendo que mis estiramientos de atleta no surtían efectos beneficiosos y me fui bloqueando cada vez más sintiendo dolores miles.
Sí que pedí ayuda pero cada cuál me quiso saquear a su manera y yo no me dejé. Me puse a investigar por mí mismo durante todos estos años, y como siempre, llega un momento que al salir del largo túnel de oscuridad, uno se ilumina.
Leeréis que la Kundalini que es una serpiente de energía que se eleva desde el suelo pélvico hasta llegar a la mente y superar la cabeza astral, un formato metafísico envuelto en la bruma de creencias religiosas.
Sin embargo, para mí, respecto a la Kundalini, lo más parecida a una serpiente dentro de nosotros es la columna vertebral, que es la zona por donde transcurre toda la energía de nuestro cuerpo, que tiene que sostenerse en equilibrio con nuestra cadera y nuestras piernas, cubiertas de músculos y tendones.
Nosotros somos serpientes y nuestra columna es nuestra serpiente. Enroscar la columna para situar el suelo pélvico es lo que hace una serpiente. Si padeces dolores lumbares y problemas de cadera, tu suelo pélvico está hecho un verdadero desastre. Tienes músculos y tendones repletos de contracturas.
Por eso te pongo aquí imágenes de ejercicios que tienes que hacer para que tu cadera se equilibre con tu columna vertebral y se ponga bien.
Lo único que tienes que hacer es quedarte quieto o quieta con la columna vertebral erguida. No hagas nada. Simplemente coge una pierna y deja la otra en el suelo. Mantén elevada la pierna y mantente erguido en lo que puedas aunque sea un poquito, unos 30 segundos cada vez y vas cambiando de pierna.
Si notas que tu espalda cae hacia atrás, NO CAIGAS, quédate ahí. ¡No te muevas!. ¡ESTÁS EN LA POSICIÓN CORRECTA!.
Con estos ejercicios vas a mejorar mucho. Te harán sudar bastante y limpiarán tu respiración. No olvides que el sudor limpia el cuerpo y el alma. Querrás hacerlo todos los días y después una buena ducha.
Lo mejor es que adelgazarás y tu digestión se irá fortaleciendo como nunca.
Recuerda la clave:
"No te dejes caer hacia atrás. Mantente erguido. No se trata de subir la pierna más nadie. Hazlo solo hasta donde te deje tu cuerpo. Simplemente mantén la posición tranquila, cambiando de pierna una y otra vez cada 30 segundos, con tiempos de recuperación hasta que te canses."