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miércoles, 8 de mayo de 2024

Los 25 kilómetros de la carretera de Plan a Chía

Los 25 kilómetros de la carretera de Plan a Chía siempre ha sido un raro proyecto difícil de sostener. Su mantenimiento requiere actuaciones semestrales que cuestan un desembolso importante de dinero.

En la época que reasfaltaron la carretera local de plan a Chistén, creí haber escuchado que costó un millón de pesetas cada cien metros. Y hubo desacuerdos porque la empresa que prestó el servicio no quiso acabar doscientos metros por salirse del presupuesto.

Creo que he contado que me guiaba durante mis viajes por tres mapas diferentes porque la información de caminos y carreteras de un mapa podía no ser tan precisas, y cada mapa me ofrecía información distintas y variada.

En dos de mis mapas la supuesta carretera Plan - Chía era una vía nacional que incluso tenía su numerito. Así que imagínense el día que llegué a Plan encontrarme que la supuesta carretera nacional era un carril no apto para autocares.

Por eso digo que la ruta, de ser asfaltada, tendrá asegurada un fondo de mantenimiento. No hay nadie que ignore que el desgaste del recorrido a Chía, sufre cada temporada invernal cambios importantes que cuesta lo suyo reparar y abrir siendo un carril. Costará el triple si hay que reasfaltar.

Yo no lo veo tan claro, como no veo claro tan claro que se haga una carretera por el otro lado de los túneles del desfiladero de la Inclusa de la carretera Plan-Salinas. 

Estudiaba delineación y diseño en el instituto de Maestría Industrial en el año 1975 cuando la palmó Franquito. Yo tenía recién cumplidos los 14 años y empecé a hacer la piarda porque con los profesores de aquellos tiempos no se aprendía nada, pero con los de hoy menos que nada.

No tenía futuro llegar a ser ingeniero con semejante especímenes por los sobresalientes a los hijos pijos de los papás pudientes. Lo digo por si algún ingeniero se le ocurrió la idea de trazar otra carretera por el lado opuesto. 

Como yo soy más inteligente y observador, os doy la idea de seguir las etapas del Giro de Italia, ciclismo de lujo, que además, ayer, en la etapa de montaña por Liguria que bajaba de la alta montaña para recorrer los altos acantilados de la costa genovesa, se veían ideas de túneles o terraplenes anti desprendimientos. 

Yo pienso que los túneles de la Inclusa son un vestigio del pasado que en parte, no tiene por qué perderse. Pero si hay que agrandar los túneles para que tengan más espacio, se requiere de tuneladora y refuerzo para ahondar en la montaña y no al borde del río Zinqueta.

Y que todos sabemos los puntos exactos donde se producen desprendimientos. Lo que no entiendo es por qué nunca se construyeron terraplenes como los que veo en el Giro de Italia y el Tour de Francia.

Ocurre como en mi tierra, que está la antigua carretera nacional que popularmente se la conoce como El Cañarete, entre Almería y Aguadulce, que en tiempos del Franquito tenía más de dos mil curvas en sus 14 kilómetros aproximadamente, que de toda la vida se sabe exactamente dónde se producen desprendimientos, pero gastan el dinero en colocar redes en vez de terraplenes.

Y resulta que he encontrado una empresa especializada: Tierra Armada.

Tierra Armada ofrece soluciones estructurales de ingeniería tanto pasivas como activas que mitigan el riesgo de desprendimiento de rocas y controlan los niveles de daños.




Para quien tenga interés en adquirir un libro mío de poemas o relatos, la página de inicio de mi sitio web es https://www.bernaberamirez.com donde podéis encontrar cualquier título cuyo enlace te llevará a Amazon, puesto que me auto publico y no depender de las grandes editoriales.

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