Proyecto para correr desde el Valle de Chistau a Jerusalén por etapas, Pirineos Valle de Chistau, Huesca

He hecho 1.250 kilómetros del Camino de Santiago dos veces y pensé que con una subvención pues iría a Jerusalén. Así que quería ir corriendo desde Chistau a Jerusalén pero me decían que estaba loco.

Más loco y más majara estaba el del programa de televisión de viajes "A lo imposible" y sus trucos de montaje.  

Me informaron que pensaban ir a un desierto de Australia y les propuse correr ese desierto. Las trabas de siempre, me preguntó de dónde iba a sacar agua. De dónde la iba a sacar él?. 

Sus montajes me recuerdan a los "Espagueti Western" de los italianos en mi tierra o a los montajes de Jacinto Molina (Paul Naschy) haciendo de hombre lobo en sus películas de serie B que nos encantaban a los niños de mi barrio. 

El proyecto en el desierto de Australia resultó ser un aeroplano cruzándolo con un montón de todoterrenos de asistencias. Aventureros de pacotilla subiendo al Everest cuando suben cientos. 

No como Wilfred Thesiger hace más de sesenta años o William Hayes a través de 1.600 kms de muerte no hace mucho. Me meo de risa cuando recuerdo esto.

Escribí una carta a la Diputación General de Aragón, Consejería de Deportes para que me dieran una subvención. Yo ya sabía que nunca me la darían. 

Lo que no sabía es que estaba de Consejero el ex jugador de baloncesto Fernando Arcega, que me envió una carta a Plan y me citó en Zaragoza. 

Yo pretendía llamar la atención para un proyecto deportivo que nunca enseñé a nadie. Pero claro, si no hay confianza no hay proyecto.

No pude hablar con un atleta que no sabe de alto nivel Anaeróbico. Me encontré con uno que ha dependido toda su carrera de quién eran sus entrenadores. La preparación física la recibió de otros.

Cuando Arcega era jugador de basket, yo también era jugador de baloncesto y encestaba la pelota desde las esquinas sin pararme. 

Jugaba con chavales que después fueron estrellas en el Caja de Ronda, el actual Unicaja, en un grupo que los mejores encestadores no eran ellos, sino unos chinos que tenían un restaurante llamado Formosa cerca del centro de Málaga. 

Soy un multiatleta. De niño corría en la pista de atletismo del colegio al mismo tiempo que era gimnasta de rítmica y jugador de vóleibol además de jugador de fútbol. 

Era muy bueno nadando y lo pueden certificar la María y la Mercedes, que son las olas más grandes que rompían contra la playa Las Conchas de Almería en los años sesenta. 

Me bañaba lo mismo con olas tres metros que sin olas, casi siempre solo con apenas ocho años, en pleno invierno y más acompañado en verano. Todo esto en los diez primeros años de vida.

Cómo me íban dejar ir corriendo a Jerusalén si cuando pides una subvención tienen todo el bakalao vendido?. Qué ilusos!. 

Si me diesen una subvención se la habrían quitado a otros. 

Y si me pongo a hablar de Vololande o Nurmi con Arcega, el hombre se queda tan planchado como otro jugador de baloncesto de su tiempo, un vasco que conocí en Twitter.

Le tuve que dar un cursillo intenso gratuito para que la próxima vez, si por rara casualidad se encontrase con un tipo como yo, que lo dudo, no lo planchara como un paquete.

Lo más parecido a un tipo planchado suele ser un preparador físico cuando sale la universidad con el sistema francés bien aprendido.

Cuando lo sacas de poner conos se pierde como un borracho que no sabe dónde dejó su coche después de dormir la pea la noche anterior. 

Obtener licenciatura universitaria realizando una milla terrestre (1.509 metros) en quince minutos no tiene mérito.

Seguro que no lo veréis corriendo que se las pela ni para arriba ni para abajo por el 8% de media de Plan a la Coll de Sahún tras beberse siete o ocho cervezas cada noche en el hotel Mediodía, Ruché y el bar de las piscinas.

En cuanto a la subvención que pedí al gobierno aragonés para ir a Jerusalén, seguro que algún listo se pensó que me la darían. 

Era mi puesta en escena para un proyecto secreto nunca expuesto.

No se trataba de ir a Jerusalén sino de un proyecto deportivo en Plan. Daría trabajo a otras personas del pueblo. Pretendía exponerlo en confianza para que no me lo robaran.

Al final ni Jerusalén ni proyecto. 

Bye, bye, Coyote!. Soy Correcaminos. Bip, bip, bip!.

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