Pyros, el oso más hermoso merodeando por los Pirineos del Valle de Chistau

Te voy a contar que estábamos un día tan tranquilos en el bar de Ruché tomando el poco Sol que ya dejaba ver la Peña Mediodía cuando aparecieron dos coches del servicio forestal francés procedentes del Parque Nacional Midi Pirynées posiblemente y entraron para hablar con el alcalde que servía y hablaba con los pocos parroquianos sentados en la barra.

Los agentes forestales franceses habían recibido una llamada sobre el ataque de un oso que ellos controlaban por satélite a una vaca de un ganadero de Sahún en el Collado del mismo nombre que vemos desde la puerta del bar donde se juntan los límites de San Juan, Plan, Chía y Sahún.

Dos de los forestales se quedaron en la puerta junto a los coches, uno de ellos con un fusil con mirilla de larga distancia y a alguno del pueblo se le ocurrió la idea de preguntarle si el fusil era para cazar osos y el forestal francés le respondió muy molesto le contestó "Sí, para cazar osos de dos patas", entonces los jefes los llamaron para que entraran y fueron dentro del bar. 

Al rato largo todos salieron, subieron a los todoterrenos y maniobraron para retroceder y ir para el puente de las piscinas para subir por el carril al Collado de Sahún.

Por la noche ya había algunos corrillos en el bar hablando del suceso porque casi todos tienen las vacas durante el verano por aquella zona y unos kilómetros más abajo por el puerto de La Cruz en dirección a la ermita de la Virgen de la Plana y la localidad de Barbaruens.

Pero fue al otro día en el Periódico de Aragón que venían datos de los supuestos ataques del oso con nombres y características porque se daba la circunstancia de que el oso iba con otro oso más joven y pequeño: "Se cree que el oso Pyros es el autor del supuesto ataque a una vaca en la zona del Collado de Sahún perteneciente a dicha localidad del Valle de Benasque."  

En Heraldo: "El oso Pyros y otro oso más joven que viaja con él pueden ser los autores del ataque a una vaca en el término municipal de Sahún cercano al collado, pero no hay huellas en el lugar que lo demuestren ni las autoridades francesas que vigilan sus movimientos están seguros porque Pyros hace dos años que consiguió deshacerse del collar con el que registraban sus movimientos por satélite." 

Más datos: "Pyros, el oso de once años que los franceses capturaron en los Cárpatos de Eslovenia para el programa francés de reintroducción del oso en los Pirineos, mide dos metros cuarenta y cinco centímetros y pesa doscientos setenta y cinco kilos." 

O sea que no están seguros a pesar de que hace dos meses atacaron los panales de abejas en la zona de Puerto de La Cruz en dirección a Barbaruens aunque se decía que solo habían encontrado una huella de la garra con la que golpeó el panal. 

Qué extraño!. Los osos siempre han tenido cuatro patas y no dos, por lo general pasan de los seres humanos y yo que subía con frecuencia a pie al Collado de Sahún haciendo los veinticinco kilómetros de ida y vuelta con un desnivel medio del 8% estaba siendo arrastrado por la psicosis que la supuesta presencia del oso provocaba.

Le dije a Pepe Moliné, que tenía vacas arriba, que "mañana mismo voy a subir como siempre al Coll de Sahún" y él me contestó que "Con el oso dando vueltas por arriba no creo que tú te atrevas a subir, antes te meas de patas abajo."

Lo cierto es que al día siguiente subí corriendo como siempre y cuando llegué a la curva de bajada a Chía di por terminado el trayecto de ida y me coloqué la sudadera para no perder calor y caminé hacia el refugio Marradetas haciendo ejercicios de respiración.

Sí, la psicosis por el oso también se revolvía en mi mente y no podía olvidarlo, estaba a punto de entrar de lleno en el refugio cuando me quedé parado en el arco de la puerta al sentir un rumor en el interior de la casa, así que no entré como hice otras veces y me quedé andando por el carril del Collado durante los treinta minutos que solía recuperar habitualmente.

Después del tiempo de recuperación, me quite la sudadera y me dirigí de nuevo cerca del refugio Marradetas mirando si salía algo de allí pero no vi nada y aquel presentimiento creado por un rumor podía haber sido el viento o los ruidos de mi propio cuerpo a los que casi nunca les había prestado atención excepto al bombeo fuerte de mi corazón toda vez que realizo esfuerzos fuertes por las subidas lo mismo que ahora haría grandes esfuerzos de equilibrio a alta velocidad humana durante la bajada.

Aquel día volé hasta el puente de las piscinas, otros días subí por Serveto a la Poma y por el carril del Barranco Foricón y algun fin de semana a Biadós a echarme un rato junto a los montañeros observando los Tucones y los Lardanas, así que un par de semanas después corrí por La Cruz hasta la ermita de la Virgen de la Plana, y cuando me adentraba en el llano acercándome a la ermita y al refugio, volví a sentir el mismo presentimiento que el día que quise entrar en el refugio Marradetas como había hecho tantas de tantos días.

Pues inmediatamente me volví al camino con la sudadera puesta y allí que daba el Sol de la tarde me quedé dando vueltas hasta que transcurrido el tiempo de recuperación me quité la sudadera y inicié el regreso.

Pasaron varios días y en la terraza de Ruché se sentó alguien conmigo y me contó una cosa que me hizo reír mucho, pues habían ido Fulanito, Menganito y Fresquito al collado de La Cruz donde tenían las vacas y corría un poco de niebla, una vaca hizo un movimiento de elevar la cabeza y abrir los ojos como si hubiese detectado que algo se movía entre las nubes dibujando una sombra que pensaron que era el oso, y los tres echaron a correr por patas abandonando el coche allí.

A la media hora se atrevieron a ir a por el vehículo observando que la vaca seguía plácida paciendo prácticamente en el mismo sitio sin inmutarse.